Alma nocturna

que de la fría y pálida luz de la luna

tu oscura alma alimentas.

Ocultas tras tus vestiduras

de negro y encarnado satén,

la pureza que tu piel exhala

y tu hipnotizador mirar desvías

por miedo a helar mi alma.

Musa de espíritus,

que en la fría noche vagan

cruzando el umbral de los sueños,

con tu presencia mi alma alteras,

y las puertas de mi ser

entreabiertas quedan,

esperando tu dulce y aterradora avenida.

El frío de la piedra mi piel anhela

para que, putrefacta mi carne,

mi alma junto a la tuya vague,

tras el fuego de tus rojos labios.

Reina de la noche

que cruelmente en mis sueños,

como húmeda y fría niebla penetras,

inundas de oscuro deseo

mi árido corazón,

que a mi alma descanso no cederá,

hasta con la tuya fundirse

y juntas viajar

por oscuros sueños.

Autor: Piotr Kropotkin